La Junta de Andalucía se ha tomado muy en serio el hecho de ocupar las costas andaluzas para un propósito cuanto menos oscuro. Así se ve reflejado en los deslindes del Dominio Público Marítimo-Terrestre aprobados en Andalucía.

Conforme a la información que se detalla en la web del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, por provincias destaca la de Granada, con el 98% de los deslindes de su litoral aprobados. Le siguen Sevilla con el 87%, Cádiz con el 84% y Almería con el 82%. Málaga presenta el 79% de sus deslindes aprobados, y en último lugar se encuentra Huelva, con el 48%.

El daño medioambiental a las costas andaluzas se va viendo incrementado, hasta el punto en que lugares como la costa malagueña, el litoral ha quedado convertido en un complejo urbanístico en la mayoría de los casos privados y con la consecuente destrucción de la biodiversidad.

Prueba de ello es el malestar entre las asociaciones ecologista tales como, Ecologistas Malaka que ha iniciado, junto a Ecologistas en Acción, una campaña de denuncias contra chiringuitos que “urbanizan” el litoral con infraestructuras fijas y exceden la ocupación prevista con grandes terrazas. 

Han presentado, solo en el municipio de Marbella, más de una quincena de escritos y alegaciones a proyectos de establecimientos con habitación subterránea construida o por construir. La situación viene a complicar el enredo legal existente alrededor de los chiringuitos, regidos por la Ley de Costas, texto que ha sufrido diversas modificaciones desde su publicación en verano de 1988. Y volverá a tenerlas porque el Gobierno tiene previstos nuevos cambios.

En el municipio de Barbate, en la playa de Caños de Meca, se ha vivido una situación sorprendente, un chiringuito ha sido cogido por sorpresa tras la subida de la marea. Mientras los turistas y transeúntes veían con asombro como el mar hacía añicos la pasarela del chiringuito.