En la mañana del martes 29 de octubre, el 'president' de la Generalitat Valenciana, Carlos Mazón, demostró una falta de reacción adecuada frente a la inminente catástrofe que se avecinaba. Aunque la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) elevó la alarma a aviso rojo desde las 07.36 horas, alertando sobre el "¡peligro extremo!", Mazón continuó con su agenda habitual, realizando actos y reuniones ajenas a la tragedia.

A las 08.53, a través de su cuenta en X, el 'president' hizo un llamado a la prudencia en las carreteras y instó a la población a seguir las indicaciones de las autoridades. En su mensaje, compartió un tuit de Emergencias 112 sobre la alerta roja, recomendando evitar circular en coche a menos que fuera necesario.

A las 09.00 horas, Mazón presidió un Pleno del Consell, mientras la Aemet continuaba advirtiendo sobre el peligro "importante" incluso "extremo" en varias comarcas valencianas. A las 10.45, asistió a un acto de entrega de la certificación de sostenibilidad turística por parte de Aenor en el Palau de la Generalitat, mostrando prioritario el protocolo de sostenibilidad a pesar del clima catastrófico.

A las 11.41, la Universitat de València suspendió las clases, y más de una veintena de colegios también tomaron la misma medida. A las 11.50, la Confederación Hidrográfica del Júcar (CHJ) anunció el desbordamiento de barrancos y la crecida significativa del río Magro, evidenciando la gravedad de la situación.

Pese a los peligros evidentes, alrededor del mediodía, Mazón se trasladó a la sede de la dirección general de Salud Pública para presentar la Estrategia de Salud Digital de la Comunitat Valenciana, un eufemismo para una medida que buscaba modernizar el sistema sanitario mediante nuevas tecnologías, obviando la crisis climática que afectaba a su región.

Una vez en el Palau de la Generalitat, poco antes de las 13.00 horas, salió a declarar que "de momento no se tiene constancia de daños personales a esta hora de la mañana", lo cual contrastaba con los informes de inundaciones y desastres en diversas áreas.

En un mensaje grabado a las 13.14, Mazón afirmó que, según las previsiones, el temporal se desplazaría hacia la Serranía de Cuenca y que la intensidad disminuiría en la Comunidad Valenciana. Curiosamente, este mensaje fue posteriormente borrado.

"Nuestros efectivos son fantásticos y, por tanto, conviene seguir las instrucciones que se nos den", comentó Mazón, a pesar de que 50 minutos antes, su gobierno había comunicado la existencia de alerta hidrológica, contradiciendo sus propias afirmaciones.

Mientras tanto, a las 13.45, Mazón tenía programada una reunión con representantes sindicales para discutir los presupuestos de 2025, lo que muestra una desconexión con la situación real de emergencia que se vivía frente a su sede.

En contraste, la Diputación de València, bajo la presidencia de Vicente Mompó, tomó decisiones más proactivas al enviar a casa a sus trabajadores a las 14.00. La emergencia ya se hacía evidente, con los medios de comunicación reportando sobre el riesgo extremo en la televisión autonómica À Punt.

Hacia las 15.00, se reportaron fuertes inundaciones en Utiel, y poco después, a las 16.30, la Unidad Militar de Emergencias (UME) fue activada en la localidad. Esta fue una respuesta tardía que evidenció la magnitud de la crisis.

La consellera de Justicia e Interior, Salomé Pradas, organizó una reunión del Centro de Coordinación Operativa Integrada (Cecopi) para gestionar la situación alrededor de las 17.00. Sin embargo, la alerta automática Es-Alert no se envió hasta las 20.12, cuando muchos ya estaban atrapados o, peor aún, habían perdido la vida debido a la inundación.

La comunidad valenciana sufrió graves consecuencias debido a la falta de una respuesta rápida y efectiva ante la advertencia de la Aemet.