Desde las elecciones europeas de junio, el Partido Popular (PP) ha tenido que ajustar su rumbo frente a nuevos retos en el panorama político español. Alberto Núñez Feijóo, líder del PP, reunió a su dirección y barones tras lograr una victoria en las urnas, pero la euforia se contrarrestó rápidamente con la realidad del nuevo fenómeno electoral: Alvise Pérez y su agrupación 'Se acabó la fiesta'.

Alvise Pérez, un exasesor del exdirigente de Ciudadanos, ha logrado captar la atención del electorado, convirtiéndose en la sexta fuerza en votos en un contexto estatal. Utilizando una combinación de bulos y mensajes en canales como Telegram, ha llamado la atención del PP, que ahora se encuentra en una situación en la que debe replantear su estrategia electoral.

En un discurso interno, Feijóo destacó el poder de las redes sociales al mencionar que Pérez había conseguido 800,000 votos solo a través de su móvil. Esto subraya la necesidad del PP de mejorar su presencia en redes sociales para no quedar rezagado en un entorno político en constante cambio.

A pesar de la victoria del PP, la irrupción de 'Se acabó la fiesta' ha representado un desafío significativo. Aunque el portavoz nacional, Borja Sémper, minimizó la relevancia de esta nueva formación, los datos indican que el PP necesita enfocar sus esfuerzos en atraer no solo a sus votantes tradicionales, sino también a aquellos dispuestos a cambiar de opción política.

La competencia con Vox es intensa, y como ha señalado el PP, una nueva competencia trifásica en la derecha podría afectar sus posibilidades de gobernar. El partido ha intensificado su discurso, buscando movilizar a los votantes en un contexto saturado de mensajes extremistas.

El PP ha comprobado que para atraer al electorado más joven, es necesario romper con las formas tradicionales de comunicación. Aunque Feijóo ha participado en podcasts y plataformas digitales, no han sido las acciones más efectivas hasta ahora. La necesidad de un cambio en la estrategia de comunicación es evidente.

Con la creciente influencia de las redes sociales, el PP ha comenzado a producir contenido que busca resonar en plataformas como Telegram y Twitter. Una de sus últimas campañas muestra un esfuerzo deliberado por conectar con los votantes a través de mensajes impactantes y humorísticos, aunque algunos de estos esfuerzos han generado críticas.