El reciente incidente en el Parlament Balear ha generado un gran revuelo. Gabriel Le Senne, presidente del Parlament, se encuentra imputado por un presunto delito de odio. Este hecho se desencadenó cuando rompió intencionadamente una fotografía de Aurora Picornell y las hermanas María y Antonia Pascual, destacadas activistas republicanas asesinadas en 1937.

Después de comparecer ante el juez, Le Senne afirmó que el caso no tiene fundamento y defendió su acción, alegando que fue un accidente. Sin embargo, la imagen que rompió representa un insulto a la memoria histórica en España y a todo el sufrimiento que provocó la sanguinaria dictadura Franquista.

"No creo que tenga recorrido", dijo Le Senne, quien manifestó su satisfacción por colaborar con la justicia. El hecho de romper la foto ocurrió durante un tenso debate parlamentario sobre la derogación de la Ley de Memoria Democrática.

El Parlamento Balear ha estado en medio de un debate candente sobre el reconocimiento y la memoria de aquellos que sufrieron durante la Guerra Civil. Estas discusiones no solo son políticas, sino que también tocan lo más profundo de la historia reciente de España, un pasado que sigue despierto en el presente.

La noche del 6 de enero de 1937 es recordada por ser un momento trágico en la historia española, cuando muchas vidas fueron truncadas y no se permitió que sus voces fueran oídas.

"Lo inapropiado del incidente", reflexiona Le Senne, quien se disculpó públicamente por su acción, de una manera arrogante y pobre de mentalidad, defendiendo que ante la ausencia de un lugar para esas imágenes, actuó correctamente al cumplir con el reglamento del parlamento.

La asociación que ha interpuesto la denuncia, Memoria de Mallorca, sostiene que es esencial que se mantenga viva la memoria de las víctimas de la represión. Ellos consideran que el incidente de Le Senne es un reflejo de la falta de respeto hacia el sufrimiento de aquellas familias que fueron cruelmente asesinadas.