La tauromaquia ha sido un tema polémico en España durante años, y desde 2013 está protegida por la Ley para la regulación de la Tauromaquia como patrimonio cultural. Esta ley se originó a partir de una iniciativa legislativa popular (ILP) que, después de un arduo proceso en el Congreso, recibió el apoyo necesario para su publicación en el BOE. En aquella ocasión, los defensores de la tauromaquia recolectaron 650.000 firmas para asegurar su protección.

Actualmente, la plataforma No es mi Cultura busca revertir esta ley mediante una nueva ILP. Hasta ahora, han recaudado 300.000 firmas y se fijan como objetivo alcanzar las 650.000 antes del 19 de enero. La fecha límite para entregar todas las firmas se prolongó gracias a las demoras en la Administración, lo que les ha brindado tres meses extra para conseguir el apoyo necesario.

Entre las firmas reunidas, se encuentran nombres reconocidos como Yolanda Díaz, Irene Montero y otros miembros destacados de distintos partidos.

El apoyo también se extiende al ámbito cultural, con figuras como la periodista Rosa Montero y numerosos actores y músicos que han mostrado su respaldo a esta causa.

Sin embargo, existe un gran desafío que enfrentar. La principal oposición proviene del Partido Socialista (PSOE), que es fundamental para que la Ley avance en el proceso legislativo. Los activistas son conscientes de las diferentes sensibilidades que existen dentro del PSOE con respecto a la tauromaquia, lo que hace que el camino hacia la admisión de la Ley no sea fácil.

Aïda Gascón, activista y portavoz de la Plataforma No es Mi Cultura, ha enfatizado que la propuesta no busca prohibir de inmediato la tauromaquia, sino más bien otorgar a las comunidades autónomas la capacidad de decidir sobre este tema.

Actualmente, se ha notado un descenso en la asistencia a eventos taurinos. Según las últimas estadísticas, solo un 1,9% de la población asistió a corridas durante la temporada 2021-2022, lo cual contrasta notablemente con el 9,8% que se reportó en 2006. Este cambio en las tendencias podría reflejar un cambio cultural en la percepción de la tauromaquia y un aumento en la conciencia animalista.

Los miembros de la plataforma No es mi Cultura siguen siendo optimistas, ya que están convencidos de que alcanzarán su meta de 650.000 firmas. Al hacerlo, no solo superarán las cifras anteriores, sino que también buscan crear un cambio significativo en la legislación relacionada con la protección de los animales y la cultura taurina en España.