La denunciante de Rafa Mir ha presentado un caso alarmante que detalla dos agresiones sexuales distintas. En su relato, ella menciona que sufre un acto de violencia de género, caracterizado por lo que se entiende como acceso carnal, lo que anteriormente se conocía simplemente como penetración. La denunciante describe que la primera agresión ocurrió cuando Mir la empujó a una piscina, donde comenzó a intentar besarla a la fuerza.

Según su testimonio, la joven fue retenida en el agua, siendo sujeta por detrás, mientras que Rafa Mir comenzó a introducirle los dedos. Ella estaba vestida con un pantalón elástico, lo que facilitó esta agresión, que duró alrededor de cinco minutos. En sus propias palabras, ella explica: "No puedo especificar la cantidad de dedos que me introdujo".

La situación no terminó ahí. Después de poderse liberar y salir de la piscina, la joven regresó en busca de su bolso, solo para encontrarse con una nueva amenaza. En esta ocasión, Rafa Mir la forzó a entrar en un baño, donde la sentó en el lavabo y continuó la agresión, introduciéndole los dedos nuevamente. Durante el evento, la joven intentó comunicar que su padre llegarían pronto, esto ocurría mientras lloraba y trataba de salir de la situación.

La denuncia también destaca la actuación de otros presentes, incluida una amiga que estaba fuera del baño, quien malinterpretó la situación y asumió que la relación era consensuada. Esto refleja una preocupante falta de comprensión sobre la naturaleza del consentimiento en situaciones de agresión sexual.

Además, en su relato, la mujer expresa su frustración sobre la respuesta de las fuerzas de seguridad. Al hablar con la agente femenina que llegó al chalet, ella mencionó que había sido víctima de una agresión, pero se sintió desentendida por los dos agentes varones, quienes no mostraron un verdadero interés en el asunto. Como resultado, no se explicó adecuadamente que había sido una agresión sexual.

Un elemento crucial que surge de la denuncia es la respuesta de un amigo de Rafa Mir que estaba presente en la casa esa noche. Se convierte en un testigo esencial cuando se disculpa con las dos mujeres, diciendo de manera contundente: "si le hubiera pasado a mi hermana, los mataría". Esta declaración pone de relieve la gravedad de la situación.

Este tipo de incidentes subraya la importancia de escuchar y apoyar a las víctimas de violencia machista, y de entender que cada testimonio es fundamental. Todavía queda mucho por hacer en la lucha contra la violencia de género y el fortalecimiento de los derechos de las mujeres.