En los últimos años, hemos observado un aumento significativo en la práctica de trocear viviendas para alquilar habitaciones. Esta tendencia, que si bien puede parecer como una solución atractiva para maximizar el rendimiento de una propiedad, ha generado serias preocupaciones entre los expertos legales. Muchos ven en esta práctica un intento de esquivar derechos establecidos por la Ley Vivienda y la Ley de Arrendamientos Urbanos ( LAU ).

Esta estrategia de alquiler, frecuentemente denominada como “casas colmena” o “chabolismo vertical”, implica la división de espacios habitables en una misma vivienda lo cual se ha estado convirtiendo en una práctica habitual. Las fuentes del ámbito jurídico advierten que al hacerlo, muchos propietarios están optando por contratos que se rigen bajo el Código Civil, lo que puede dar lugar a términos más desfavorables para los inquilinos.

Según datos recientes del portal inmobiliario Idealista, el comercio del alquiler de temporada ha experimentado un crecimiento impresionante. En el segundo trimestre de 2024, la oferta de este tipo de alquiler ha aumentado un 55%, lo que representa ya un 13% del total del mercado inmobiliario. Esto se traduce en un aumento significativo en el número de habitaciones en pisos compartidos, que ha crecido casi un 30%.

Lo que es más preocupante es el aumento en la demanda de estas habitaciones, que ha ascendido un 15%. Como resultado, muchos inquilinos potenciales se enfrentan a un mercado altamente competitivo, donde el precio medio nacional por habitación se sitúa en 400 euros al mes. Sin embargo, en ciudades como Barcelona, el costo puede ascender hasta 565 euros al mes, y en lugares como Palma de Mallorca o Madrid, los alquileres promedian alrededor de 500 euros.